miércoles, 7 de septiembre de 2011

Inserción al modelo Neoliberal (Finales de los 80´s)

Este modelo que se detecta desde 1982 hasta el Presidente Zedillo, pretende la reducción del gasto público, el combate a la inflación, la estabilidad financiera y el fortalecimiento del ahorro interno. Se propuso reemplazar al Estado obeso y sustituirlo por uno fuerte y eficiente. En adelante, el empresariado nacional sería el encargado de reactivar y llevar a cabo el nuevo impulso económico del país. Esta reorientación consolidó la posición del Gobierno para una radical apertura comercial y el establecimiento del tratado de integración económica con los Estados Unidos y Canadá.


Este modelo ha sido fuertemente criticado porque presenta buenas perspectivas macroeconómicas, pero es fatal a niveles microeconómicos. Se pasó de un Estado obeso, a uno inoperante.

El desarrollo Estabilizador (1954-1970)

El modelo del "desarrollo estabilizador"


Con Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970) y Luis Echeverría (1970-1976)

Se proyectó modernizar la industria, aumentar la productividad y lograr la competitividad internacional incorporando tecnología moderna . Echeverría buscó reordenar el régimen mixto constitucional a través de la inversión pública, como la fuerza clave para dirigir el crecimiento. Se combatió la falsa ideología basada en los puros indicadores económicos y no en los sociales. Se orientó hacia un neopopulismo que se vío alentado, en el período del presidente José López Portillo, por la riqueza petrolera. La exportación petrolera le otorgaría una autodeterminación financiera a México.Con la rectoría del Estado, para el año 2000 México sería otro; porque se desarollorarían las áreas estratégicas: el acero, la química, la petroquímica, los fertilizantes, la electricidad y el petróleo como la punta de lanza de este modelo desarrollista

Modelo de Sustitución de Importaciones (1941-1954)

 El Modelo de sustitución de importaciones.

1940 es señalado como el punto de partida de un período de la economía mexicana que se conoce como "modelo de sustitución de importaciones". Debido a los efectos de la segunda guerra mundial, la demanda de los bienes mexicanos se elevó y trajó consigo una elevada tasa de empleo. Algunas empresas incrementaron los turnos de trabajo para satisfacer las demandas Internas que no podían ser satisfechas, porque los países europeos padecían los horrores de la segunda guerra mundial.

Otro factor que propició este modelo, fue la política del presidente Avila Camacho(1941-1946) porque prometió indemnizar a los exdueños de la industria petrolera mexicana, reconocer la deuda de los bonos vencidos y se estímuló la inversión extranjera en los ramos de la manufactura y el comercio. También el presidente Miguel Alemán (1947-1951) impulsó más este modelo. Controló fuertemente la importación de bienes de consumo, pero fue flexible con los bienes de capital. México vio llegar maquinaria y equipo extranjero adquiridos con las ganancias logradas durante los años de guerra.

Los empresarios mexicanos de ese tiempo, fueron también causa del fortalecimiento de este modelo. Negociaron las paces con con el Gobierno, aceptaron la necesidad de una reforma económica y social, y pensaron en una expansión de los mercados nacionales y extranjeros. Los beneficios se extendieron a toda la población, se le conoce como la época del "milagro mexicano".

martes, 6 de septiembre de 2011

Estado benefactor y su repercusión social

Estado benefactor en México: Se asocia con el estado surgido de la revolución a partir de Lázaro Cárdenas y hasta José López Portillo, pero es con el primero que el estado alcanza su nivel de coincidencia mas elevado.

Política Económica:

Los objetos básicos de la política económica del gobierno de Lázaro Cárdenas fue el alcanzar la independencia económica y el progresivo nivelamiento de las clases sociales e implicaba la intervención del estado en la economía. Cárdenas concibe al estado como ente regulador de las actividades de la vida normal y sus principales rasgos fueron:

•Propicio adelanto de clases trabajadoras y aumento de la capacidad productiva del país.
•Apoyó el desarrollo de la organización económica de trabajadores para mejorar las condiciones de vida.
•Decidió apoyar a los campesinos por el reparto de tierras y fomento a los ejidos.
•Hizo una reforma política tributaria, a las grandes empresas les quitó exenciones y privilegios.
•Para Cárdenas el desarrollo de masas proletarias era muy importante ya que estimulaba el crecimiento de la industria y el comercio nacional.
Política Social: El Cardenismo mantuvo la orientación básica del estado de bienestar, para que los ciudadanos gozaran de sus derechos políticos y sociales.

Indigenista: Para Cárdenas eran los mas alejados de los beneficios de la civilización desde la colonia y la república solo los redimió de nombre y papel, para esto se creó el departamento de asuntos indígenas en 1936, que estudia los problemas de los indígenas para solucionarlos y una serie de acciones de defensa de los mismos, además solicitudes de ayuda económica, cooperación de consumo y producción laboral y educativa.

Corporativismo: doctrina que postulo la organización de una determinada colectividad profesional para neutralizar los conflictos internos de ésta. Sostiene la conveniencia de realizar asociaciones con intereses similares inhibiendo la posibilidad de que surjan conflictos entre ellas. La economía liberal, por su individualismo y su acción de mercado libre, postula que el corporativismo es un obstáculo para el buen funcionamiento de la economía. Las corporaciones tratan de conciliar los intereses de sus miembros y protegerse como colectividad. A veces tiende a monopolizar un arte u oficio.

Las Nacionalizaciones: Cárdenas desarrolla una política antiimperialista, que comenzó con la ley de la Expropiación en octubre de 1936.

Nacionalización de Ferrocarriles: El gobierno creo una empresa descentralizada para frenar el avance de los ferrocarriles para unir el país en un solo sistema de redes, en 1937, Cárdenas nacionaliza los ferrocarriles, la expropiación se dio con fines de utilidad pública y los ferrocarriles fueron administrados por sus trabajadores de mayo de 1938 a diciembre de 1940 (sexenio Cardenista).

Nacionalización del Petróleo: En mayo de 1933, el sindicato petrolero en vísperas de firmar un contrato colectivo, presenta un pliego petitorio que no resulta y se van a huelga, la junta nombró a una comisión para estudiar el problema y el resultado fue que las empresas si estaban en condiciones para solucionar las demandas pero se negaron y se ampararon ante el tribunal de la suprema corte que falló en su contra, aunque hubo mucha presión, incluso de EUA, el 18 de marzo, con base en los artículos de la ley de expropiaciones, se declaró la expropiación de 16 empresas petroleras y todo pasa a ser de la nación, pero la indemnización crea una enorme huelga al gobierno y el pueblo entregaba todos sus ahorros a Cárdenas en apoyo a su decisión.

Nacionalización de la Industria Eléctrica: Se trató de una compra paulatina de las acciones de 2 compañías importantes, la mexicana "luz y fuerza matriz" de capital anglo canadiense y la norteamericana "american and foreign power co." En agosto de 1934 se crea la comisión federal de electricidad y de 1944 a 1959 la electrificación creció mucho y para 1969 la CFE era el 50 % de la energía eléctrica del país y se adicionó el artículo 27 constitucional "solo la nación puede generar, conducir, transformar, distribuir y abastecer la energía eléctrica como servicio público" en 1965 se adquieren 19 empresas mas. En 1974 se compran las empresas restantes y el artículo 27 se modifica para que la nación tenga el aprovechamiento de materiales radiactivos y combinaciones nucleares para generar energía atómica.

El proyecto posrevolunario: Las bases del Estado moderno

Periodo Posrevolucionario
El período posrevolucionario (1920-1940)
Ascenso de Alvaro Obregón (1920-1924)
Ante la muerte de Carranza, Adolfo de la Huerta asumió la Presidencia de manera interina y logró la pacificación. Los jefes revolucionarios que quedaban, entre ellos Villa, deponen las armas; al tiempo que regresan al país los exiliados políticos. Entre éstos se halla José Vasconcelos, que poco tiempo después se convertiría en el fundador de la Secretaría de Educación Pública. Tras un breve interinato (mayo - octubre de 1920), sube a la Presidencia el General Alvaro Obregón (1920-1924). Con él propiamente comienzan los gobiernos de la Revolución y se fijan las bases para la reconstrucción del Estado.
Obregón inicia la reorganización de acuerdo con los intereses de los grupos triunfantes. Tiene que administrar un país arruinado, enfrentado al endeudamiento, la suspensión de créditos bancarios, la desorganización administrativa y las fuertes demandas por parte de la población. Asegura y fortalece su poder mediante políticas de alianzas.

Aunque el Ejército constituye su principal apoyo, sabe por experiencia propia que también puede ser su principal amenaza. Por lo mismo, aísla políticamente a los caudillos militares con poder local y reduce el número de los contingentes armados. Busca nuevos aliados en las organizaciones obreras y campesinas. En materia agraria expide varias leyes a favor de la restitución del ejido (forma de posesión de la tierra que el Estado cede al campesinado). Con su política fiscal, que implanta un sistema moderno de tributación, inicia el proceso de consolidación del Estado mexicano, cuyas bases quedaron establecidas en la Constitución de 1917.

Obregón logró que su gobierno fuera reconocido antes de agosto de 1923 por casi todos los países; excepto Inglaterra, Francia, Bélgica, Cuba y Estados Unidos. Este último condicionó el reconocimiento a un replanteamiento en la aplicación del Artículo 27 Constitucional en materia de petróleo, y a la firma de un tratado de amistad y comercio. Por medio de los Tratados de Bucareli (1923), Obregón es reconocido por Washington, pero se le tilda de "entreguista", a pesar de que no hubo retroactividad con respecto al artículo mencionado. El mismo año del reconocimiento, el régimen se vería perturbado violentamente por la rebelión delahuertista, que dejó un saldo de 7 mil muertos.

En efecto, en diciembre de 1923, Adolfo de la Huerta, candidato a la Presidencia, se levanta en armas contra Obregón pero es derrotado. Obregón había favorecido la candidatura de Plutarco Elías Calles, quien en julio de 1924 llega a la Presidencia de México.

La labor de Obregón en el campo educativo fue notable. En 1921 creó la Secretaría de Educación Pública, hecho que tiene gran importancia, pues desde que Carranza suprimió la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, la educación corría a cuenta de los municipios, escasos siempre de recursos para realizar una labor eficaz en ese rubro.

Vasconcelos, a quien se debió la iniciativa, fue su primer titular y el organizador de la educación en el país. Puso en marcha una campaña masiva de alfabetización; creó las Misiones Culturales y convirtió a los maestros rurales en modernos misioneros, en los apóstoles de la educación a la que deberían consagrarse con el celo, propio de los primeros evangelizadores del continente. Tiende una verdadera cruzada para llevar el libro como la cruz al pueblo, al que había que incorporar a la cultura hispánica, que él contrapuso con celo a la anglosajona. La misión de su raza cósmica, síntesis de las razas del continente americano, es procurar, precisamente, el acercamiento no con la ciencia, sino con el espíritu, el amor y el arte. En el desempeño de su cargo, creó los departamentos Escolar, de Bellas Artes, y Bibliotecas y Archivos. Se dividió la educación media en secundaria y preparatoria, se fundaron escuelas nocturnas, se prestó atención a la formación de obreros calificados y se dio gran impulso a la pintura mural mexicana y a la cultura popular.

Su obra educativa -principalmente alfabetizadora- fue acompañada de una importante labor editorial. Se retiró del cargo en 1924, por oposición a la política que instrumentaba el Gobierno Federal, pero ya había puesto en marcha una obra titánica, difícil de igualar por quienes lo sucedieron en la SEP.

Plutarco Elías Calles (1924-1928)
El presidente Calles continúo la obra de Obregón y se dio a la tarea de consolidar el Estado, iniciada por su predecesor. Hizo de las organizaciones obreras el soporte básico del gobierno revolucionario. Apoyó fuertemente a la Confederación Regional de Obreros Mexicanos (CROM), cuyos afiliados superaban la cifra de un millón. Esta forma política concebida para Obregón fue fortalecida por Calles y luego por todos los gobiernos de la Revolución. Con Calles comienza la intervención del Estado en los asuntos de la economía nacional. Crea el Banco Nacional de México y otras instituciones financieras que dan al Estado el control de la vida económica del país. Funda la Comisión Nacional de Caminos, pone en vigor una ley sobre irrigación, se enfoca a la construcción de presas y marca los derroteros para el desarrollo económico ulterior del país.

Sin embargo, extremó el vigor contra el clero (suspensión de cultos y cierre de iglesias), provocando la rebelión cristera (1926-1929) que tuvo como escenario principal los estados de Jalisco, Colima, Zacatecas, Guanajuato y Durango.

En las elecciones de 1928, Alvaro Obregón, fue elegido por segunda vez para la Presidencia, que no pudo asumir porque fue asesinado en julio de 1928 por el fanático José León Toral. Con su muerte se inicia el maximato, un período comprendido entre 1928 y 1934, que se denomina así porque Calles es la figura central, el Jefe Máximo de la nación, el poder fuera del poder pero por encima de él. Los tres presidentes del maximato fueron Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo Rodríguez. Durante ese período se creó el Partido Nacional Revolucionario (PNR), en 1929, encargado de la organización y realización de las elecciones, tareas que correspondían hasta entonces a la Secretaría de Gobernación.

Las elecciones de 1929 se desarrollaron en un clima de agitación política. Hubo varios candidatos pero al final se perfilaron dos: Pascual Ortiz Rubio, a quien se vio como el candidato oficial, y José Vasconcelos, independiente. El triunfo correspondió al primero, no sin serias irregularidades en el proceso. La influencia de Calles sobre el nuevo mandatario fue determinante.

Luis Cabrera, notable periodista y pensador, alzó su voz con unas palabras que le valieron el destierro en 1931: "Para la resolución de nuestros problemas políticos se requiere valor civil, honradez y patriotismo, de los que desgraciadamente andamos muy escasos los mexicanos....".

Por los años 30 se inicia un fuerte debate nacional en torno a la educación socialista, cuyos más enérgicos impulsores fueron el líder obrero Vicente Lombardo Toledano y Narciso Bassols, Secretario de Educación Pública bajo la presidencia de Abelardo L. Rodríguez. Bassols quiso introducir la educación sexual en los últimos años de primaria, pero el rechazo del sector católico fue tan violento que tuvo que renunciar al cargo. Fue entonces cuando Calles se movilizó para dar su aprobación a la educación socialista con miras a crear en los jóvenes una mentalidad acorde con la Revolución. Finalmente, en noviembre de 1934, días antes de que Cárdenas asumiera la Presidencia, se reforma el artículo 3° de la Constitución para introducir el nuevo credo educativo.

Lázaro Cárdenas (1934-1940)
Su gobierno se caracterizó por el ascenso de las fuerzas revolucionarias. Se organizaron los movimientos obrero y campesino: Confederación Nacional Campesina (CNC) y Confederación y Trabajadores de México (CTM), como única organización obrera. Se constituyó la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), medida por la que los empleados públicos abandonan sus nexos con la CTM. Organizadas las fuerzas sociales, Cárdenas crea en 1938 el Partido de la Revolución Mexicana (PRM) que queda estructurado con los sectores obrero, campesino, militar y popular (burócratas), supeditados al Estado y al Poder Ejecutivo en particular.

Cárdenas resolvió la crisis de autoridad expulsando en 1936 al "jefe máximo" de la nación, Plutarco Elías Calles, por conspiración contra el gobierno. Reforzó el presidencialismo y con la creación del nuevo partido diseñó las estructuras políticas y económicas que funcionarían sin mayores contingencias finales de los años ochenta.

El lema del PRM fue: "por una democracia de trabajadores" y en la declaración de principios está la idea del proyecto de nación: reconocimiento del derecho de huelga y apoyo a los obreros, colectivización de la agricultura, intervención del Estado en la economía nacional y en la educación; igualdad política social de la mujer, garantía de libertades para los indígenas, seguro social, control de precios, construcción de viviendas populares, la no intervención en los asuntos de otras naciones, el derecho a la autodeterminación de los pueblos y el combate a cualquier forma de opresión y el fascismo, que ya había asomado su cabeza en el horizonte internacional y que en el interior del país esta representado, desde 1937, por la Unión Nacional Sinarquista.

Contra los postulados radicales del PRM se unen los partidos contrarios existentes entonces y los que se constituyeron después, especialmente el Partido de Acción Nacional (PAN), formado en 1939 a iniciativa del destacado intelectual Manuel Gómez Morín, Miguel Estrada Iturbide y otros más (este partido obtuvo su registro oficial en 1948).

Con respecto a la Iglesia, Cárdenas mantuvo una política de conciliación, pero la alejó sin perseguirla, mediante la educación socialista. Puso en marcha La Reforma Agraria a través de repartos masivos de tierra a los campesinos. Del 1° de diciembre de 1934 al 31 de agosto de 1940 se otorgaron al campesinado un total de 18,352,275 hectáreas. Por el Nuevo Código Agrario (1940) se autorizó el establecimiento de ejidos ganaderos y forestales.

En 1937 nacionalizó los Ferrocarriles Nacionales y en 1938 se expropiaron los trenes de las compañías petroleras extranjeras.

Durante su administración se crearon la Comisión Federal de Electricidad, los departamentos de Turismo, de Prensa y Publicidad, la Secretaría de Asistencia Pública (1938), el Departamento Autónomo de Asistencia Infantil (1937); los bancos de Crédito Ejidal y Nacional Obrero de Fomento Industrial, así como el Tribunal Fiscal de la Federación. Su obra educativa fue muy importante.

Además del interés que puso en las escuelas primarias y las regionales campesinas, creó el Consejo Nacional de Educación Superior y de la Investigación Científica, el Consejo Técnico de Educación Agrícola, el Instituto Nacional de Psicopedagogía; el Instituto Nacional de Antropología e Historia y el Instituto Nacional Indigenista. Cárdenas convirtió el Castillo de Chapultepec en museo y traslado de ahí a Los Pinos la residencia presidencial. Clausuró las casas de juego. Abrió las puertas a los refugiados republicanos españoles (más de 40,000) y a otros perseguidores políticos europeos y americanos.

Los hechos que suelen registrarse como los más relevantes de la gestión de Cárdenas fueron la Expropiación Petrolera en 1938 -acontecimiento de la mayor trascendencia para el nacionalismo mexicano-, que se aplicó contra las compañías extranjeras del ramo y que dio lugar a la fundación de la empresa paraestatal Petróleos Mexicanos; la aplicación más decidida -antes y después de su gobierno- de la Reforma Agraria; así como la creación del Instituto Politécnico Nacional y de La Casa de España en México, luego transformada en El Colegio de México. Por lo demás, el recibimiento de los exiliados republicanos españoles resultó estratégico para el enriquecimiento del medio cultural del país, pues entre ellos se encontraban importantes intelectuales y artistas que se arraigaron en el país

José Vasconcelos y el inicio del Proyecto Cultural

Vasconcelos


Nacido en Oaxaca, ciudad capital del mismo estado, el 28 de febrero de 1882 (algunas fuentes citan que nació el 27 de febrero del mismo año), fue el segundo de los nueve hijos que procrearon Ignacio Vasconcelos Varela y Carmen Calderón Conde. Particularmente importante para su desarrollo personal fue la oportunidad que tuvo de realizar estudios de educación primaria en escuelas ubicadas en la frontera entre los Estados Unidos y México, especialmente en la frontera entre Eagle Pass en Texas y Piedras Negras, Coahuila. Más adelante, por causas familiares de índole económica, debió continuar su educación en el Instituto Científico de Toluca, Estado de México, y en el Instituto Campechano, benemérito colegio de la actual ciudad de San Francisco de Campeche, capital del estado de Campeche. Luego de la prematura muerte de su madre, ingresó en la Escuela Nacional Preparatoria (actualmente parte de la UNAM) y posteriormente en la Escuela Nacional de Jurisprudencia, donde obtuvo el título de licenciado en derecho en 1907.

El proyecto cultural

Tras reorganizar la estructura de la Universidad Nacional, Vasconcelos fue nombrado secretario de Instrucción Pública, y desde esa posición inició un ambicioso proyecto de difusión cultural en el país, con programas de instrucción popular, edición de libros y promoción del arte y la cultura. El objetivo era integrar a México de manera más amplia en las grandes transformaciones que siguieron al fin de la primera Guerra Mundial. Vasconcelos, un personaje carismático y capaz de entusiasmar a sus colaboradores, hizo de los maestros rurales un ejército de paz y de cada profesor, según su propia metáfora de raíz católica, inspirada en el sacrificio de los misioneros del período colonial, un «apóstol de la educación». Al trabajo de los maestros rurales sumó el apoyo, nunca antes visto en México, de la edición masiva de algunas de las más grandes obras del pensamiento europeo y occidental, que fueron distribuidas por todos los rincones del país en lo que Vasconcelos no dudó en calificar como Misiones Culturales.

Además, inició un ambicioso programa de intercambio educativo y cultural con otros países americanos, las llamadas «embajadas culturales», que llevaron a algunos de los más brillantes estudiantes mexicanos de la época a entrar en contacto a edad temprana con sus pares de Argentina, Brasil, Colombia, Perú y otros países de América Latina.

Apoyó, además, a multitud de artistas e intelectuales. A algunos de ellos los convenció para que se establecieran en México y --con ellos-- ideó nuevas fórmulas de expresión artística, masiva, que a pesar de sus tintes políticos y propagandísticos tienen un valor estético exento de duda. Tal fue el caso de muralistas como David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco y Diego Rivera. El apoyo de la Secretaría de Instrucción Pública de Vasconcelos no se limitó, sin embargo, a los artistas mexicanos, como lo demuestra su relación con la chilena Gabriela Mistral, ni tampoco al campo de lo artístico; un ejemplo entre otros muchos es su relación con el político peruano Víctor Raúl Haya de la Torre.

Constructor de instituciones

Estatua de José Vasconcelos en el Colegio de San Ildefonso. Un aspecto clave de su gestión, fue la reconstrucción o construcción de edificios de uso público para la difusión de la cultura, como el Estadio Nacional, escuelas públicas de diferentes niveles, bibliotecas y, de manera más general, los edificios destinados a albergar el aparato burocrático del sistema educativo a lo largo y ancho de la nación.

Vasconcelos, sin embargo, encontró difícil conciliar su condición como pensador independiente con las exigencias de los cargos de gobierno que ejerció. Además, su relación con Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles estuvo siempre mediada por la desconfianza que le inspiraban los mexicanos del norte de la república. Hábil para acuñar punzantes aforismos, frases célebres o para ridiculizar a sus adversarios en debates o en intercambios epistolares, en más de una ocasión expresó, con un dejo de desdén, que en México la civilización terminaba donde empezaba el consumo de carne asada, en obvia referencia a las regiones del norte de México, de donde provenían Obregón y Calles.

Es por eso por lo que, luego de su brillante inicio como funcionario público, Vasconcelos decidió retirarse del ejercicio de los cargos públicos, para dedicarse a satisfacer su pasión por la escritura, el análisis filosófico y la polémica. A pesar de ello, tuvo una participación destacadísima en las luchas por obtener la autonomía de la Universidad Nacional, al lado de Antonio Caso, Manuel Gómez Morín y otros personajes destacados de la década de los veinte.

En su filosofía como educador propone: Sentir la cultura mestiza como base del concepto de mexicanidad. Mexicanizar el saber, es decir, hacer objeto de estudio la antropología y el medio natural del país. Hacer de Latinoamérica el centro de una gran síntesis humana. Emplear el sentido del servicio y amor fraterno del ser humano como medio de ayuda a los más desprotegidos, y Valerse del industrialismo -como simple medio, nunca como un fin- para promover el progreso de la nación

Porfirio Díaz y su Proyecto Modernizador

Benito Juárez y su Proyecto de Naciòn

Benito Pablo Juárez García (San Pablo Guelatao, Oaxaca, 21 de marzo de 1806 – Ciudad de México, 18 de julio de 1872) fue un abogado y político mexicano, de origen indígena zapoteca, Presidente de México en varias ocasiones del 18 de diciembre de 1857 al 18 de julio de 1872.[1] [2] Se le conoce como el "Benemérito de las Américas".[3] Benito Juárez es célebre por su frase "Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz."

Benito Juárez vivió una de las épocas más importantes de México, considerada por muchos historiadores como la consolidación de la nación como República. Juárez marcó un parteaguas en la historia nacional, siendo protagonista de primer nivel de esta época. Su biografía durante los años que ocupó la presidencia es casi en su totalidad también la historia de México.

Cuando Benito Juárez llegó a ocupar la Presidencia de la República los personajes del Partido Liberal que entonces brillaban con luz propia eran Melchor Ocampo, Ignacio Manuel Altamirano, Ignacio Ramírez, Miguel y Sebastián Lerdo de Tejada, Guillermo Prieto, Francisco Zarco, Jesús González Ortega, Vicente Riva Palacio. Eran actores que habían labrado un nombre en la arena política nacional por sus habilidades como representantes en el Congreso, o por su participación en las leyes, las armas o las letras. Juárez carecía de esos talentos. Sin embargo, frente a esa pléyade de "hombres que parecían gigantes", como los llamó Justo Sierra, Benito Juárez construyó su propio camino para alcanzar uno de los lugares más altos en la memoria nacional. Como dice Daniel Cosío Villegas, "En Juárez se dieron, en una proporción muy finamente equilibrada, el estadista y el político, es decir, el hombre de Estado, capaz de concebir grandes planes de acción gubernamental, y el hombre ducho en la maniobra política". Con esas virtudes Juárez puso en acto las leyes de Reforma que cambiaron el destino de la República. Basta recordar aquí las sustantivas:

* Separación de la Iglesia del Estado

* Nacionalización de los bienes de la Iglesia

* Registro civil de los nacimientos, casamientos y defunciones

* Instauración de la educación laica

En el manifiesto que dirigió a la nación para explicar el sentido de esas leyes, escribió: estas medidas "son las únicas que pueden dar por resultado la sumisión del clero a la potestad civil en sus negocios temporales, dejándolo, sin embargo, con todos los medios para que pueda consagrarse exclusivamente al ejercicio de su ministerio". De este modo, decía, el gobierno "cree también indispensable proteger en la República, con toda su autoridad, la libertad religiosa", la libertad de cultos. Estas leyes, seguidas por la determinación intransigente de su cumplimiento, dieron origen a la nación secular, sustentada no en el privilegio.

México Pos revolucionario

En la etapa previa a los periodos estudiados, en el porfiriato (1880-1910), ocurrió una serie de transformaciones estructurales en una economía que buscó incorporarse a los modelos liberales del comercio mundial de la época, poniendo las bases del capital industrial del país con inversiones extranjeras y modernización de la planta productiva. Modelo excluyente y dictatorial que culminó en la Revolución de 1910, la cual definió la orientación de la sociedad, luego de un periodo de más de una década de intensas luchas internas.

En el México posrevolucionario, el Estado, al convertirse en rector de la economía, buscó dinamizar y diversificar la estructura productiva con el objetivo de crear las bases para que ocurriera el crecimiento. Sin embargo, la inversión en la industria encontró una población con baja escolaridad, un sistema de educación técnica a nivel artesanal y un sistema profesional con oferta escasa y centrado en profesiones liberales, que en el campo de la ingeniería se dirigía a la formación de agrónomos. El acelerado desarrollo de la técnica, los descubrimientos en el campo de la ciencia, así como el auge que las nociones de articulación entre la ciencia y el Estado tuvieron en los países avanzados condujo a los primeros intentos de una política orientada a impulsar el desarrollo científico por medio del mejoramiento de las condiciones de infraestructura y de formación de recursos humanos para la investigación. El sistema de igualdad de oportunidades económicas y sociales del nuevo orden dio lugar a la creación de Escuelas Primarias Industriales de Artes y Oficios, y en 1916 a la Escuela Práctica de Ingenieros Mecánicos Electricistas y a la Escuela Nacional de Química Industrial.

A partir de 1921, el ritmo de las actividades económicas se recuperó y aparecieron nuevas actividades industriales dándose un crecimiento de la ocupación en la manufactura y los servicios y la apertura incondicional a la inversión extranjera. Se crearon también importantes instituciones que configuraron el marco económico, entre ellas el Banco de México en 1925. El impulso que se pretendió dar a la economía tuvo una orientación, caracterizada por un nuevo proceso de tecnificación, hacia los primeros intentos organizativos de la educación técnica, unificando, en 1923, este tipo de enseñanza al instituirse el Departamento de Enseñanza Técnica, Industrial y Comercial en la SEP, del que dependían la Escuela de Ingenieros Mecánicos y Electricistas, la Escuela Técnica de Maestros Constructores y la Escuela de Industrias Textiles e Institutos Técnicos Industriales. Se expandió también el sistema de educación técnica a nivel medio en toda la república, surgiendo el Sistema de Escuela Vocacional Industrial y creándose la Preparatoria Técnica como antecedente para las escuelas de altos estudios: Escuela Superior en Mecánica y Eléctrica, Escuela Superior en Construcción y Escuela Superior de Comercio y Administración. El impulso nacionalista del gobierno de Obregón dio lugar también a la fundación de la Universidad Popular, la Universidad Obrera y la Universidad Nacional del Sureste (posteriormente Universidad de Yucatán), y en 1925 a la Universidad de Guadalajara, mientras la educación agrícola se consolidó con la fundación de nuevas escuelas y el traslado de la Escuela Nacional de Agricultura a las actuales instalaciones en Chapingo, Estado de México. Sin embargo, en 1930, la oportunidad de acceder a la educación superior estaba al alcance del 1% de la población en edad de recibirla. Adicionalmente, se creó la Sociedad Científica Antonio Alzate con el objetivo de fomentar la actividad científica; en dicho esfuerzo fue determinante la creación de la Secretaría de Educación Pública (SEP) en 1921.

Como parte del interés en el periodo posrevolucionario por dinamizar y diversificar la estructura productiva, la educación técnica aceleró su crecimiento y se consolidó. La escuela se constituyó en el espacio privilegiado de la formación profesional. Hasta 1929 se introdujeron numerosas innovaciones pedagógicas, administrativas y técnicas que trataron de vincular la educación con la realidad socioeconómica para transformarla. Sin embargo, el desarrollo del sistema educativo no se articuló con el sector industrial, porque tanto las industrias extractivas como las de transformación eran controladas por extranjeros. Si bien el crecimiento de la economía se vio afectado por la inestabilidad política y la crisis económica de 1929 también se propició un periodo en el desarrollo industrial fortalecido por la intervención estatal. La disminución de las importaciones hicieron posible construir un aparato industrial nacional que produjo para el mercado interno.

En la medida en que el gobierno enfatizó la necesidad de una economía autosustentada y con bajos niveles de interacción con el exterior, la ciencia y la técnica emergieron como factor esencial para el funcionamiento del Estado. Pacheco (1988: 35) señala que "los intentos del Estado por gestar la política científica tendieron a impulsar el desarrollo científico a través del mejoramiento de las condiciones de infraestructura y de formación de recursos humanos para el fomento de la actividad de investigación". Así, se acentuó el fomento de la investigación científica para el desarrollo económico e industrial, convirtiendo la experimentación y la investigación en prioridades presupuestales, mientras la reforma educativa puso énfasis en una acción sin precedente: la enseñanza técnica, que tuvo modificaciones sustanciales como la organización sistemática, que incluyó centros educativos para maestros técnicos e institutos para la capacitación de trabajadores; la orientación, que buscó capacitar al hombre para una eficiente producción material; el manejo racional de los recursos a su disposición, y la transformación del medio físico conforme a sus necesidades. El distanciamiento de la universidad del proyecto estatal explicaba parcialmente dicha atención a la enseñanza técnica que coincidía con los valores de la Revolución Mexicana y la creación de una conciencia nacional.

Para 1932 se identificaban tres grupos de escuelas técnicas dentro del sistema educativo federal: las destinadas a la enseñanza de formación artesanal, las de formación de obreros calificados y las escuelas de enseñanza técnica superior (SEP, 1981: 28) reorganizadas en el Departamento de Enseñanza Técnica, Industrial y Comercial, con el fin de abastecer la exigencia de la producción. Las reformas introducidas en la enseñanza media en 1932 partieron de la diferenciación entre la educación técnica y la enseñanza de carácter universitario, la primera orientada a formar hombres de especialidad concreta y definida, la segunda para formar hombres de pensamiento general.

El cambio más significativo en el papel de la educación se dio a partir de la década de los años treinta, con la institucionalización de la educación socialista durante el gobierno de Lázaro Cárdenas: la educación pasó de ser un objetivo social a ser un instrumento político3. Como resultado, la educación técnica aceleró su crecimiento como una respuesta económica, "con el fin de formar cuadros técnicos y profesionales, impulsar la investigación y el desarrollo tecnológico, ampliar el marco de las oportunidades educativas y reducir la dependencia económica del extranjero" (Gómez, 1982: 201).

Esta dirección de la atención educativa agudizó la confrontación entre dos tipos de formación profesional: universitario, de orden humanístico, y tecnológico, de orden científico. La respuesta por parte del Estado fue la creación del Instituto Politécnico Nacional (Buenfil, 1994). Su intención académica se resumió en la orientación profesional técnica en carreras subprofesionales o profesionales y la sustitución, como elección profesional, de carreras liberales por tecnológicas; la intención económica se resumió en la finalidad de preparación de la fuerza de trabajo para vincularse con las necesidades del desarrollo nacional para una economía independiente. A la creación del IPN, la reacción por parte de las fuerzas conservadoras no se hizo esperar y éstas crearon importantes instituciones privadas de enseñanza superior como la Universidad Autónoma de Guadalajara, el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, la Universidad Iberoamericana y el Instituto Tecnológico Autónomo de México.

La creación del Instituto Politécnico Nacional (IPN) propició la incorporación de las escuelas técnicas dependientes de la Secretaría de Educación Pública; tal hecho puede verse como el origen del Sistema Nacional de Educación Técnica, antecedente directo del Subsistema de Educación Tecnológica. También mostró la fuerte intervención del Estado, el cual buscaba la formación de cuadros que posibilitaran el desarrollo industrial y de servicios. En ese contexto se atribuyó a la educación tecnológica la responsabilidad de formar los recursos humanos en apoyo al desarrollo del aparato productivo nacional, convirtiéndola en eje de la política modernizadora para el desarrollo y agente del cambio social, características que la definirían hasta el último tercio de los años setenta.

Con la educación socialista se dio un impulso sin precedente a la enseñanza rural, pero sobre todo se mantuvo una promoción sostenida de la enseñanza técnica que formaría al obrero calificado y al ingeniero mexicano, que renovaría la tecnología necesaria para el país: "Nace de una concepción pragmática de la educación para la industria, con una utilidad inmediata y clara" (Padua, 1988: 110), que en 1948, partiendo de una iniciativa del IPN, dio lugar a la creación de los institutos tecnológicos regionales.

El discurso gubernamental también hizo explícita la importancia de que fuera el Estado el encargado de organizar, mantener y estimular la investigación científica, lo que dio origen en 1936 a la creación del Consejo Nacional de Educación Superior e Investigación Científica (CONESIC), quien se encargó de coordinar y organizar la educación superior en estrecha relación con la actividad científica, sirviendo de base al desarrollo socioeconómico. Esta intervención se vio fuertemente limitada tanto por la insuficiencia de una infraestructura educativa como por el reducido apoyo y desinterés por parte de los diversos sectores sociales del país (Pacheco, 1988: 38).
La orientación socioeconómica del cardenismo (1934-1940), se tradujo en la intensificación de la reforma agraria, el apoyo a la organización y la lucha obrera, la creación de una conjunto de empresas estatales, el desarrollo de las comunicaciones, la reorganización del sistema financiero, la utilización de la política fiscal con fines de manejo económico, el fortalecimiento del Estado y una política exterior independiente. Esta política nacionalista propició el desarrollo de la infraestructura económica del país al crear la Comisión Federal de Electricidad, Altos Hornos de México, la expropiación de las compañías petroleras en manos extranjeras y la nacionalización de los ferrocarriles, así como la ejecución de programas destinados a diversificar la producción y el comercio exterior. En general, se establecieron las condiciones para el despegue industrial y se crearon las instituciones económicas, políticas y sociales de la modernización. El modelo que se buscó impulsar fue el de una economía planificada centralmente, como en ese momento también se llevaba a cabo en los países socialistas. El rasgo característico de ese periodo fue la preeminencia, en el discurso político, de la ciencia y la técnica como elementos esenciales para los cambios estructurales de la economía nacional, y la capacidad del Estado para dar congruencia y unificar variados esfuerzos dando coherencia y unidad, a lo que posteriormente llegaría a ser el subsistema de educación tecnológica.

Debido a las características del modelo económico, el Estado se convirtió en la mayor fuente laboral para los ingenieros. El aumento considerable de la inversión doméstica mediante una política de fomento a la industria, que incluyó desde los estímulos al financiamiento por medio de NAFINSA, hasta el establecimiento de las primeras plantas de la industria automotriz en 1936 (General Motors) y 1939 (Chrysler) tuvieron un profundo impacto en las estrategias implementadas para la formación de ingenieros: la educación técnica experimentó una progresiva adaptación a las necesidades económicas y sociales, y estrechó los vínculos con el sector productivo, particularmente en la industria de energéticos, con la modernización de la industria azucarera y la nacionalización de los ferrocarriles. La formación profesional tecnológica se relacionó directamente con las necesidades del sector productivo; existió un mercado profesional que creció, ampliándose el campo de la práctica profesional de los ingenieros, particularmente con la ausencia de tecnología extranjera después de la nacionalización de la industria petrolera.

Revolución Mexicana

La Revolución Mexicana fue un conflicto armado, iniciado el 20 de noviembre de 1910 con un levantamiento encabezado por Francisco I. Madero contra el presidente autócrata Porfirio Díaz. Se caracterizó por varios movimientos socialistas, liberales, anarquistas, populistas y agrarios. Aunque en principio era una lucha contra el orden establecido, con el tiempo se transformó en una guerra civil; suele ser considerada como el acontecimiento político y social más importante del siglo XX en México.

Los antecedentes del conflicto se remontan a la situación de México bajo el Porfiriato. Desde 1876 el general oaxaqueño Porfirio Díaz encabezó el ejercicio del poder en el país de manera dictatorial. La situación se prolongó por 34 años, durante los cuales México experimentó un notable crecimiento económico y estabilidad política. Estos logros se realizaron con altos costos económicos y sociales, que pagaron los estratos menos favorecidos de la sociedad y la oposición política al régimen de Díaz. Durante la primera década del siglo XX estallaron varias crisis en diversas esferas de la vida nacional, que reflejaban el creciente descontento de algunos sectores con el Porfiriato.
Cuando Díaz aseguró en una entrevista que se retiraría al finalizar su mandato sin buscar la reelección, la situación política comenzó a agitarse. La oposición al gobierno cobró relevancia ante la postura manifestada por Díaz. En ese contexto, Francisco I. Madero realizó diversas giras en el país con miras a formar un partido político que eligiera a sus candidatos en una asamblea nacional y compitiera en las elecciones. Díaz lanzó una nueva candidatura a la presidencia y Madero fue arrestado en San Luis Potosí por sedición. Durante su estancia en la cárcel se llevaron a cabo las elecciones que dieron el triunfo a Díaz.

Madero logró escapar de la prisión estatal y huyó a los Estados Unidos. Desde San Antonio proclamó el Plan de San Luis, que llamaba a tomar las armas contra el gobierno de Díaz el 20 de noviembre de 1910. El conflicto armado tuvo lugar en primera instancia al norte del país y posteriormente se expandió a otras partes del territorio nacional. Una vez que los sublevados ocuparon Ciudad Juárez (Chihuahua), Porfirio Díaz presentó su renuncia y se exilió en Francia.

En 1911 se realizaron nuevas elecciones donde resultó electo Madero. Desde el comienzo de su mandato tuvo diferencias con otros líderes revolucionarios, que provocaron el levantamiento de Emiliano Zapata y Pascual Orozco contra el gobierno maderista. En 1913 un movimiento contrarrevolucionario, encabezado por Félix Díaz, Bernardo Reyes y Victoriano Huerta, dio un golpe de Estado. El levantamiento militar, conocido como Decena Trágica, terminó con el asesinato de Madero, su hermano Gustavo y el vicepresidente Pino Suárez. Huerta asumió la presidencia, lo que ocasionó la reacción de varios jefes revolucionarios como Venustiano Carranza y Francisco Villa. Tras poco más de un año de lucha, y después de la ocupación estadounidense de Veracruz, Huerta renunció a la presidencia y huyó del país.

A partir de ese suceso se profundizaron las diferencias entre las facciones que habían luchado contra Huerta, lo que desencadenó nuevos conflictos. Carranza, jefe de la Revolución de acuerdo con el Plan de Guadalupe, convocó a todas las fuerzas a la Convención de Aguascalientes para nombrar un líder único. En esa reunión Eulalio Gutiérrez fue designado presidente del país, pero las hostilidades reiniciaron cuando Carranza desconoció el acuerdo. Después de derrotar a la Convención, los constitucionalistas pudieron iniciar trabajos para la redacción de una nueva constitución y llevar a Carranza a la presidencia en 1917. La lucha entre facciones estaba lejos de concluir. En el reacomodo de las fuerzas fueron asesinados los principales jefes revolucionarios: Zapata en 1919, Carranza en 1920, Villa en 1923, y Obregón en 1928.

Actualmente no existe un consenso sobre cuándo terminó el proceso revolucionario. Algunas fuentes lo sitúan en el año de 1917, con la proclamación de la Constitución mexicana, algunas otras en 1920 con la presidencia de Adolfo de la Huerta o 1924 con la de Plutarco Elías Calles. Incluso hay algunas que aseguran que el proceso se extendió hasta los años 1940.

Independencia de México

El 16 de septiembre de 1810 es la fecha que marca el inicio del movimiento armado dirigido por Miguel Hidalgo; quien fuera un simple sacerdote logró movilizar a una gran parte del pueblo mexicano con lo que se conoce como El grito de Dolores, ya que hizo un llamado a los habitantes de La Nueva España en la iglesia de Dolores, Hidalgo.

Uno de los pretextos tomados por los criollos para reclamar la independencia de las colonias españolas fue la ocupación francesa de España, a principios del siglo XIX. En varias partes de América Latina tuvieron lugar algunas rebeliones independentistas, algunas más exitosas que otras. México no fue la excepción. Los primeros intentos separatistas de Nueva España corresponden los hechos ocurridos durante la Crisis política de 1808 en México, se formó una Junta de Gobierno la cual contaba con cierta simpatía del virrey José de Iturrigaray, pero un golpe de Estado realizado por Gabriel de Yermo depuso al virrey y a consecuencia se encarceló a los promotores de la junta: Melchor de Talamantes, Juan Francisco Azcárate y Lezama, Francisco Primo de Verdad y Ramos y José Antonio de Cristo. La Real Audiencia, que favorecía a los golpistas, nombró a Pedro de Garibay como virrey interino y toda idea de separatismo fue sofocada. Las reuniones entre criollos continuaron, pues la inconformidad con su situación secundaria en la sociedad novohispana y la ocupación francesa de la metrópoli eran la oportunidad para conseguir un gobierno local. El siguiente intento por establecer un congreso independiente y autónomo fue la Conjura de Valladolid en 1809, pero fue descubierta y sus miembros fueron procesados.

El Grito de Dolores es considerado el punto cronológico con que inicia la guerra de Independencia de México. Parroquia de Dolores Hidalgo.

La conspiración de Querétaro sería finalmente la que desataría la revolución de Independencia de México. En la conspiración participaban, entre otros, los corregidores de la ciudad de Querétaro, Josefa Ortiz de Domínguez y Miguel Domínguez; Ignacio Allende y Juan Aldama, y el cura Miguel Hidalgo. Sería este último quien daría el llamado "Grito" a la insurrección en el pueblo de Dolores, Guanajuato, el 16 de septiembre de 1810.

Tras varias victorias, entre las que destacan la toma de Guanajuato, Valladolid, y la derrota que propinaron a las tropas realistas en Cerro de las Cruces (a un tiro de piedra de la Ciudad de México), el ejército insurgente se retiró hacia occidente. Fueron derrotados en la Batalla del Puente de Calderón por Félix María Calleja, a la postre, virrey novohispano. Las tropas realistas persiguieron a la insurgencia hasta apresarlos en Acatita de Baján, Coahuila. Los líderes fueron fusilados y sus cabezas exhibidas en las cuatro esquinas de la Alhóndiga de Granaditas, en Guanajuato. Esto fue en el año de 1811.

José María Cleto Morelos y Pavón (Valladolid, Michoacán, 30 de septiembre de 1765 - Ecatepec, Estado de México, 22 de diciembre de 1815) fue sacerdote y militar insurgente mexicano, que organizó y fue el artífice de la segunda etapa (1811-1815) de la Guerra de Independencia de México.
Para este tiempo, la insurgencia se había hecho fuerte en el sur de la intendencia de México. Al frente de la tropa se hallaba el cura y Generalísimo José María Morelos y Pavón, quien había recibido la orden directa de Hidalgo de encabezar la revolución en la Sierra Madre del Sur. Entre los triunfos más sonados de Morelos y su ejército (del que formaban parte, entre otros, Mariano Matamoros, los hermanos Galeana y los hermanos Bravo), se encuentra el sitio de Cuautla, que fue roto tras casi un año de asedio realista. Morelos convocó al primer congreso americano en 1813, en Chilpancingo, al que acudieron diputados de las provincias del naciente país, los cuales firmaron el Acta de Independencia de la América Septentrional y promulgaron la Constitución de Apatzingán un año más tarde, sobre la base del documento escrito por Morelos, intitulado Sentimientos de la Nación, (el Generalísimo que había rechazado ese título, se hizo llamar Siervo de la Nación) .

Sin embargo, los realistas terminaron por minar la capacidad bélica del ejército insurgente y finalmente, Morelos fue aprehendido en Tezmalaca y conducido a la Ciudad de México, donde fue enjuiciado, degradado, excomulgado y hecho preso. Finalmente fue fusilado en San Cristóbal Ecatepec (que hoy se llama Ecatepec de Morelos en recuerdo del cura), el 22 de diciembre de 1815.

A esas alturas, el ejército insurgente había entrado en una fase francamente defensiva. Habían sido fusilados Matamoros y Morelos, muertos en combate fueron algunos de los Galeana (no todos: Pablo siguió combatiendo a los realistas en Zacatula, hasta 1822, cuando Vicente Guerrero le mandó a avisar que la guerra había terminado un año antes). Los únicos frentes fuertes eran el veracruzano, al mando de Guadalupe Victoria, y el de Vicente Guerrero, en el sur de México. En el norte, la campaña relámpago de Pedro Moreno y Francisco Javier Mina (un joven español de ideas liberales, recién desembarcado de España), había concluido desastrosamente, a pesar de sus triunfos iniciales.

Acta de Independencia de México.

De esta manera, la revolución popular de independencia mexicana se hallaba muy lejos del triunfo. El virrey Apodaca había ofrecido indulto a los insurgentes, lo que minó el ejército en resistencia. La oferta llegó a Guerrero por conducto de su padre, y la rechazó con la famosa frase la Patria es primero, que hoy está escrita con letras de oro en el Palacio Legislativo de San Lázaro. Aprovechando la situación, algunos militares criollos —que habían combatido a los insurgentes durante los años anteriores— tomaron la dirección del movimiento.

Agustín de Iturbide selló un pacto con Guerrero, jefe de los insurgentes surianos, en compañía de quien promulgó el Plan de Iguala en 1821. Poco tiempo después, llegó el nuevo virrey de Nueva España, Juan O'Donojú, que también sería el último, y que aceptó firmar el acta de independencia de México el 27 de septiembre de 1821.

Los primeros reconocimientos a la nación independiente provinieron de Chile, Gran Colombia y Perú. En 1825, los Estados Unidos reconocieron a la nueva nación con los límites de 1820 establecidos por el gobierno estadounidense y la Corona de España, por el Tratado de Adams-Onís. Los límites estaban fijados por el paralelo 42ºN, las Rocallosas, el río Nexpentle, el río Rojo y el río Sabina hasta desembocar en el Golfo de México.

La Colonia en México

Entre la caída de Tenochtitlán y el establecimiento del virreinato de Nueva España transcurrieron catorce años. En ese tiempo, el gobierno quedó primero a cargo de Hernán Cortés, que se autoproclamó Capitán General de Nueva España. Luego fueron nombradas las Reales Audiencias de México, dependientes de la Corona de España, con el propósito de realizar una mejor administración de la colonia.

Hernán Cortés Monroy Pizarro Altamirano (Medellín (Badajoz), 1485 – Castilleja de la Cuesta, (Sevilla), 2 de diciembre de 1547), Conquistador español del imperio azteca (hoy el centro de México). I Marqués del Valle de Oaxaca, Gobernador y Capitán General de la Nueva España .

El virreinato fue establecido en 1535, y su primer virrey fue Antonio de Mendoza y Pacheco. En su historia, la Nueva España fue regida por 62 virreyes de diferente importancia histórica, entre los que destacan Antonio María de Bucareli (1771-1779) y Fray Payo Enríquez de Rivera (1672-1680).

El descubrimiento de nuevos yacimientos de distintos minerales en el centro y norte del territorio (desde Sonora hasta el sur de la provincia de México) permitió que gradualmente la Nueva España ocupara el lugar de privilegio, especialmente en la extracción de plata. La minería permitió el desarrollo de otras actividades asociadas, especialmente los obrajes y la agricultura, que convirtieron a las regiones del Bajío o los valles de México y Puebla en prósperas regiones agrícolas y de actividad industrial incipiente.

El comercio de la colonia era realizado a través de dos puertos. Éstos fueron Veracruz en el golfo, y Acapulco en el Pacífico. A éste llegaba la Nao de China, una nave que transportaba productos de las islas Filipinas a Nueva España y de ahí a la metrópoli. El comercio coadyuvó al florecimiento de estos puertos, de la Ciudad de México y de las regiones intermedias entre ambos. Hay que señalar que hasta finales del siglo XVIII, con la introducción de las reformas borbónicas, el comercio entre las colonias españolas no estaba permitido.

La sociedad novohispana estaba fuertemente segmentada. Por un lado, existía toda una codificación acerca de las relaciones entre los grupos étnicos. Aunque nunca fue tan severa que no permitiera el intercambio cultural o el mestizaje biológico, sí había una definición de la posición que una persona ocupaba en la escala social de acuerdo con una supuesta mezcla de sangres. Mientras más sangre española, mejor posición, por ello los españoles peninsulares (o gachupines) ocupaban las posiciones de privilegio.

Durante el período colonial se gestaron muchas de las tradiciones populares e instituciones tradicionales que dan carácter al pueblo mexicano de la actualidad.